13 noviembre 2010

Amanita muscaria: Gaztelulandia

A.muscaria bebé
Si hay una seta que despierta pasiones encontradas, sin duda ésta es la Amanita muscaria. Es una seta que destaca por su belleza, pero que tiene muy mala fama. No es mortal, tampoco venenosa, simplemente es una seta que contiene una serie de alcaloides que la convierten en un potente y peligroso alucinógeno.

La Amanita muscaria es llamada vulgarmente "matamoscas" porque los insectos, al contacto con la piel del sombrero, quedan temporalmente paralizados.
A.muscaria joven

Las condiciones de hábitat de esta seta son muy amplias, y las de estas fotos en concreto están realizadas en Gatelu en un bosque de abeto rojo, árbol con el que micorriza e intercambia agua, sales minerales y otras substancias orgánicas, en perfecta armonía y asociación, pero puede también crecer entre hayas, pinos negros, robles o abedules, aunque siempre asociada a un árbol. Este otoño en Gaztelumendi el brote de esta seta está siendo realmente espectacular.


Contiene entre otros un alcaloide llamado muscinol, muy potente con la seta en seco y que produce fuertes alucinaciones.
A.muscaria adulta

Robert Graves plantea que la Amanita muscaria era la ambrosía de los dioses del Olimpo ya que produce una serie de alucinaciones que explican algunos enigmas referidos a los gnomos: el hombre se siente pequeño y ve miles de chispas que se apagan y se encienden delante suyo (fuego fatuo) y que parecen tener voluntad propia. Al mismo tiempo al hombre intoxicado por esta sustancia le aumenta su fuerza física y se torna hiperactivo. Es decir, la muscaria es la comida y la bebida de los inmortales, de los elegidos.

Grupo natural de A.muscaria
El origen de la leyenda de Santa Klaus y los rituales chamánicos de los curanderos de Siberia se vinculan también a esta seta. Los pescadores clandestinos de salmón en Escocia, maceraban el hongo en su embriagante preferido, el whisky.


Es la seta más fácil de reconocer, es inconfundible, así que se omite su descripción técnica, que podéis encontrar fácilmente en cualquier publicación micológica, aunque hay que tener en cuenta que cuando la seta está ya algo madura, suele perder el moteado blanco tan característico del sombrero.
A.muscaria ya muy madura

Los efectos alucinógenos pueden empezar al cabo de una hora, hora y media después de la ingestión y llegan al punto más alto a las 2-3 horas, pudiendo durar alrededor de 3-4 horas más; se siente pérdida del equilibrio, percepción visual y auditiva alterada, mareos, náuseas en ocasiones, espasmos musculares moderados, etc (no convulsiones). A continuación la persona cae en un sueño profundo durante unas dos horas y al despertar tendrá, sueños lúcidos, alucinaciones y euforia.
A.muscaria variedad "flavivolvata" bebé
Los "expertos" aconsejan secar bien la seta, de forma natural a ser posible, y consumir sólo la piel del sombrero y la fina capa amarilla bajo ella, que es donde se concentran los alcaloides. No soy quien para dar consejos, pero... infórmate, calibra la posibilidad de compartir la experiencia con un experto y diviértete..... sólo se vive una vez.... pero si se juega con la vida, las consecuencias pueden ser catastróficas y sin retorno.

A.muscaria variedad flavivolvata bebé y joven
En Gaztelumendi crece también una variedad preciosa de la Amanita muscaria, llamada variedad "flavivolvata", caracterizada por presentar el sombrero erizado y de color amarillo cuando la seta es "bebé", pero igualmente alucinógena como la variedad principal.

Esta seta tiene una mala fama que no merece y a la vez genera curiosidad por su belleza, historia y leyendas.

No se pretende estimular su consumo que advertimos muy peligroso en manos inexpertas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Admito la importancia etnomicológica de esta seta, sobre todo a partir de los estudios de Wasson pero aconsejo que, como otro tipo de sustancias psicoactivas con capacidad de alteraciones fisiológicas importantes ya sean colinergicas o anticolinérgicas, no sean consumidas de forma general. Entiendo que su uso ancestral estaba relacionado con un contexto cultural dentro de determinados ritos y con el control grupal, conocimiento intenso de las dosis, de la respuesta de los individuos a cada dosis y sobre todo, un control sobre la alucinación en contextos simbólicos muy diferentes a los nuestros. Por tanto reitero en tu advertencia del peligros de estas experiencias.
No obstante me gusta mucho tu blog y lo sigo a través del enlace de Ttanttak de mi amigo Emilio.
Un saludo Alberto