11 enero 2011

La procesionaria del pino

Bolsón de procesionaria
Hace ya unos años y tras una serie de fumigaciones aéreas con dimilin parecía que nos habíamos deshecho y olvidado del grave problema de la procesionaria del pino en los montes de Gaztelumendi. Estos últimos años apenas han proliferado los clásicos bolsones blancos de este lepidóptero. Pues bien  este invierno muchísimos pinares están completamente infestados, lo que nos lleva a vaticinar una primavera complicada, molesta y difícil.

En verano aparecen las mariposas de la procesionaria, se aparean y la hembra pone los huevos en las acículas de los árboles.

Las orugas nacen a los 30 ó 40 días de la puesta, es decir, entre mediados de septiembre y mediados de octubre. Las orugas construyen nidos o bolsones de seda que les sirven de refugio para pasar los fríos del invierno.

Al fondo pinos jóvenes y adultos completamente infestados
Cuando llega la primavera, o finalizando el invierno (desde febrero a primeros de abril), las orugas descienden en fila al suelo, de ahí el nombre de procesionaria; se entierran y crisalidan dentro de un capullo. De las crisálidas surgen en verano las mariposas que se aparearán dando comienzo a un nuevo ciclo.

Está claro que no espabilamos, el precio de la madera de pino por los suelos, muchos pinares abandonados y descuidados, la prevención de la plaga nula, y cuando en primavera el problema se haga patente vendrán las quejas de siempre. Fueron muchos los años del dinero fácil con las papeleras aunque el futuro ya está en marcha, cada vez se ven más hayas y robles, plantaciones todavía testimoniales pero que darán sus frutos a los nietos de los que las plantaron.

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