30 marzo 2009

La orquídea de primavera

Orchis mascula es una orquídea que florece a principios de primavera y es abundante en Gaztelumendi. No la recortes NUNCA, es una planta protegida, que hay que cuidar, hay que mimar, hay que disfrutarla viéndola en su propio hábitat natural.

"Orchis" en griego significa testículo, y hace referencia a que este tipo de plantas nacen de un par de tubéculos enterrados con forma de huevo. Con la harina de estos tubérculos se produce el famoso "salep" que es una gelatina rica en mucílagos que se utiliza para el tratamiento de la irritación del canal gastrointestinal.

Las hojas de esta orquídea son carnosas y suelen presentar unas manchas oscuras, marrones o casi negras que revelan falta de clorofila en esas zonas de la hoja. Este tipo de hojas se llaman maculadas, y son similares a la del diente de perro o Erytronium dens canis, que ya vimos en otra entrada.

Podríamos estar ante un caso de evolución paralela. Esta orquídea "copia" al diente de perro la estrategia de hojas manchadas para favorecer la polinización de las flores por los insectos.

Como muchas veces sucede, esta especie es variable y en ocasiones Orchis máscula no presenta esas hojas maculadas tan peculiares y bellas, característica ésta que queda reflejada claramente en su nombre.

Las orquídeas para el imaginario popular son plantas exóticas con ciertas reminiscencias sexuales, que creo haber aclarado con esta sencilla explicación. Somos capaces de viajar miles de kilómetros en busca de nada, cuando la belleza la podemos encontrar en la puerta de casa.

En una próxima entrada estudiaremos otras orquídeas presentes en Gaztelumendi.

El Argomal & Brezal - Otaleku

La "argoma" o "tojo" científicamente hablando Ulex europaeus es un arbusto de la familia de las Fabáceas o leguminosas que tiene una serie de características muy interesantes, que podrían resumirse caracterizando a esta planta como excelente bioindicador. En euskera se le llama -Ota-, aunque con este nombre se dice también a otras plantas espinosas. Las hojas del tojo se han modificado en espinas.

Florece incluso en diciembre y hasta mayo o junio. Es una planta que necesita sol o heliófila: las ramas inferiores de los arbustos mueren rápidamente pero no se desprenden, creando una acumulación de necromasa que facilita la quema. Como la mayoría de las leguminosas, en sus raices se forman unos nódulos bacterianos capaces de fijar el nitrógeno atmosférico. Es decir, abonan el terreno de forma natural, con mejores resultados para el suelo incluso que la quema de la comunidad arbustiva.

El Brezo, en este caso Erica cinerea , en euskera ainarra purpura es un arbusto de la familia de las ericáceas que soporta perturbaciones severas como el fuego o incluso la roza. El brezo no fija el nitrógeno atmosférico y forma un tipo de comunidad llamada brezal, txillardegi en euskera.

Cuando se tala un bosque en Gaztelumendi, y posteriormente no se interviene en el suelo, tras una primera etapa herbácea, se llega en sucesión natural a la fase arbustiva bien de brezal o bien de argomal. Que sea brezo o argoma depende no tanto de la propia naturaleza sino de las acciones que el hombre lleve a cabo en el entorno: quemas, siegas o pastoreo intensivo.


El tojo es un arbusto autóctono europeo, pero en otros lugares es una planta invasora, catalogada como una de las cien peores de todo el mundo


Este tipo de comunidades las encontramos con facilidad en Gaztelumendi, y de su análisis extraigo las siguientes conclusiones:

  1. No hay en extensión grandes comunidades de brezal o argomal, de lo que se deduce que el aprovechamiento del terreno es muy alto, incluso cuando hay cambios en los usos del suelo.
  2. No se deja nunca al terreno actuar por sí mismo, se mutila la sucesión natural de especies, que sería conveniente mantener al menos un tiempo después de cada ciclo productivo.
  3. Hoy día crecen en "terreno de nadie" en los lindes estre bosques y prados, funcionando realmente como setos, cuando deberían hacerlo otras especies como por ejemplo el roble pedunculado. Cumplen una función no adecuada a sus características biológicas.
  4. No se utiliza como fijadora de nitrógeno. Se le considera molesta, mala hierba, cuando realmente no lo es.
  5. La quema de estos matorrales a no ser que sea persistente no consigue eliminar estas plantas, tanpoco la roza. La gestión de estos espacios arbustivos es deficiente, y si se mejorara sería beneficiosa para el bosque natural y la sostenibilidad del sistema de producción forestal.

27 marzo 2009

Deporte rural - Herri kirola



En Euskalherria, el País del Vascuence, el deporte rural está muy arraigado en la sociedad. La socialización del deporte en general equipara actualmente deporte rural, con el deporte profesionalizado, con el deporte como espectáculo, tal vez obligado por la televisión y los nuevos medios de comunicación. De esta forma el deporte rural, el herri-kirola queda obligado a ser un deporte local vinculado con el fólclor o apuestas personales, en pareja, grupo, etc, más que con las actividades que los habitantes de Euskalherria han asociado durante siglos este tipo de actividades.







El deporte rural vasco tiene un origen claro y diáfano en las actividades diarias y cotidianas que se desarrollan en el entorno del caserío, en duros trabajos como el corte de leña, la carrera pedreste, la siega o el dominio de la yunta de bueyes. Además creo que este tipo de actividades "deportivas" tienen más relación con una simple, ruda y violenta demostración de fuerza ligada a un rito con reminiscencias de tipo religioso, que a una actividad lúdica orientada a la vida social de la comunidad.




El 5 de junio de 2005, el gaztelutarra de 60 años Patxi Mujika tardó 40 minutos y 55 segundos en cubrir corriendo los siete kilometros de distancia que hay desde el ayuntamiento de Tolosa hasta la Plaza de Gaztelu, en donde le esperaba este tronco de una "Kana" situado junto al frontón del pueblo. Allí mismo e inmediatamente lo cortó. En total tardó una hora, diez minutos y 25 segundos entre la caminata y el corte del tronco.




La puesta en escena de esta hazaña fue tan espectacular, que casi me olvidé de la máquina de fotos, hipnotizado por el ambiente único e indescriptible. Había mucho público, no lo conté, pero estoy seguro que más que habitantes tiene Gaztelu. Recuerdo perfectamente que lo que más me impresionó fueron las venas de los brazos del aizkolari, que parecían a punto de reventar por el esfuerzo en una persona de esa edad.

Para más información sobre el deporte rural en general podeis visitar la excelenta página web de la federación alavesa de herrikirolak.

26 marzo 2009

Gaztelu, un cóctel de ciencias


Un biólogo abandonado en una isla desierta seguro que tendrá la tentación de ponerle nombre hasta la última hoja, del último árbol que fuera capaz de observar; nos encanta aguzar los sentidos, somos curiosos y observadores, y nos gusta ponerle nombre a las cosas que descubrimos y nos pierde inventar nuevas ciencias de nombre extraño.

Uno de los avances más significativos de la biología en el siglo XVIII fue el desarrollo de la taxonomía como ciencia, gracias al trabajo del sueco Carl von Linné. La taxonomía nos proporciona las bases para poner nombre a los seres vivos, pero de una forma ordenada, equilibrada, y que sea común en el Océano Índico, en la laurisilva del Parque Natural canario de Garajonay o en un bosque caducifolio del municipio de Areso. Como consecuencia de esta disciplina la margarita se llama Bellis perennis, en todo el mundo, la “siempre bella” que se abre de día y cierra misteriosamente sus pétalos sobre sí misma al anochecer. ¿Por qué lo hará así? ¿Lo sabes tú?

En el siglo XIX la revolución vino de manos de Darwin y la teoría de la evolución, el épico viaje del Beagle y su vuelta al mundo. La revolución del XX fue la del descubrimiento de la estructura en doble hélice del ADN o ácido desoxirribonucleico, por Watson y Crick, y el desarrollo de la genética en general.

Los geólogos tuvieron su particular revolución con la teoría de la tectónica de placas y la deriva continental, que se atribuye al metereólogo alemán Alfred Wegener con su libro de 1915 “El origen de los continentes y océanos”.

Todo esto viene a cuento de que si para dar un paseo de dos horitas por Gaztelumendi, debemos necesaria y obligatoriamente saber qué es un poljé, una dolina o una surgencia, cuál es la morfología de una planta dioica con hojas imparipinnadas, qué estudia la edafología, la fenología o la litología, o cuáles son los principios fundamentales de la geodinámica externa, pues mejor nos quedamos en la venta y damos cuenta de una sabrosa txuleta de buey y una fresca sidra de kupela.

Biología, taxonomía, geología, botánica, zoología, edafología, etc si las mezclamos equilibradamente con la antropología, economía y ciencias sociales, y extraemos conclusiones objetivas, nos pueden proporcionar sin duda herramientas de futuro, la revolución del siglo XXI.

El objetivo principal de este blog, es despertar la curiosidad y capacidad de observación de quien nos lee. Por favor, participa, con fotos, comentarios, insultos, chistes, ideas o críticas, serán bien recibidas.

25 marzo 2009

Plantas ruderales, vaya ruina de plantas

En botánica, las plantas llamadas ruderales (Rudus en latín quiere decir ruina), son aquellas que se encuentran en el borde de los caminos, en las vías de comunicación, o en los alrededores donde vive el hombre, es decir en terrenos humanizados. Suelen ser tan comunes, que muchas veces no reparamos en ellas.

Tienen una serie de características muy interesantes: viven en terrenos donde la competitividad es extrema, en terrenos perturbados y están adaptadas a sufrir grandes cambios del medio en el que viven. Normalmente son especies colonizadoras, competidoras, oportunistas, cumplen su ciclo vital de forma rápida y gastan mucha de su energía en la reproducción. Veamos tres de estas plantas que florecen en esta época, y que podemos encontrar fácilmente en los alrededores de Gaztelu.

Veronica persica (1), es de la familia de las escrofulariáceas, las flores son azuladas, blancas en la base y con nervios de mayor intensidad de color en la corola. Se reconoce fácilmente porque sólo tiene dos estambres. Florece prácticamente durante todo el año.

Stellaria holostea
(2) es de la familia de las cariofiláceas, flores de color blanco, con cinco pétalos, pero cada pétalo claramente dividido en dos, en euskera se le llama "izar belar arrunta".

Anchusa officinalis (3) llamada lengua de buey, es una planta de la familia de las boragináceas, pariente de la gastronómica borraja, común, abundante y llena de pelos. Cuando al nombre en latín de la planta se le añade eso de "officinalis" quiere decir que estamos ante una planta medicinal. Ésta en concreto se puede utilizar para aliviar la tos, catarros bronquiales y problemas de las vías respiratorias altas.

Estas plantas las podemos coger con tranquilidad para hacer un ramo de flores de primavera para casa, pero atención hay otras muchas plantas, que deben ser respetadas, las iremos viendo en otras entradas.

La roca madre

Los geólogos llaman "roca madre", al tipo de roca sobre el que se asienta el suelo, el terreno, la tierra, después de quitar todos los elementos y capas que conforman ese suelo: primera capa de materia orgánica si es que existe, capa de tierra vegetal, diferentes capas de materiales meteorizados, rocas y materiales fragmentados,etc, y por último... la roca madre. La ciencia que estudia los suelos se llama "edafología".

Volveremos a hablar de geología y edafología en el futuro en el blog, pero en esta ocasión y como aperitivo, nos quedamos en la "roca madre". En Gaztelumendi, y simplificando, nos encontramos con dos tipos distintos de roca madre, la roca caliza y las margas.

Las rocas calizas tienen su origen en los mares cálidos y poco profundos de las regiones tropicales, y son rocas sedimentarias compuestas principalmente por carbonato de calcio, de origen bien químico o bien biológico. Las de Gaztelumendi provienen del mesozoico y más concretamente del cretácico, época en la que estos terrenos eran mares cálidos y poco profundos. ¿Qué cómo hemos llegado hasta hoy? lo veremos en otras entradas.
La marga es un tipo de roca también sedimentaria pero compuesta principalmente por una mezcla de caliza y arcilla. Las arcillas surgen de la descomposición de feldespatos, de minerales de aluminio.

Hay un sistema infalible para saber si en Gaztelumendi estamos bajo calizas o bajo margas, y además no necesitaremos atxurras o azada para cavar en el terreno y llegar hasta la roca madre. Busquemos en las cercanías de donde estemos muretes de piedra, no de viviendas o de bordas, sino muretes que se construyen para cercar el ganado, para contención de laderas u otro tipo de cierres similares.

Si encontramos muretes, con muchas piedras planas, simétricas, prácticamente rectangulares la mayoría, con tonos de color tirando a ocre o rojizo, en este caso estamos ante suelos margosos. Si por el contrario las piedras de los muretes la mayoría son irregulares y de color claramente gris pálido, estaremos ante suelos de roca madre caliza.

24 marzo 2009

Why? Zergatik? Porqué? Pourquoi? Ma per qué?

Caminando sin prisa un atardecer por Gaztelumendi, noté cierto cansancio existencial y me senté en una pradera cercana a Minatxuri para disfrutar del paisaje mientras reponía fuerzas con descanso y algo de fruta. En esa situación y en ese lugar, si bien algo más joven que hoy, comprendí que el cien por cien de todo lo que mis ojos observaban, había sido modificado por la acción del hombre. Todo, absolutamente todo lo que veía, reflejaba en mayor o menor medida la presión de la actividad humana.

El medio ambiente había sido modificado completamente por el hombre generación tras generación, y su estructura actual obedecía a las exigencias de una sociedad que vivía de espaldas a la naturaleza. Lo que todo el mundo llamamos naturaleza, no es entonces sino un inmenso jardín, mejor o peor conservado según el lugar, pero sobre todo más natural cuanto más alejado está de los asentamientos humanos permanentes.

La naturaleza por lo tanto queda relegada a los espacios que el hombre no necesita ni utiliza. Solamente nos quedan retazos y trazas de la naturaleza primigenia. ¿O… quizás el cansancio había hecho demasiada mella e hizo que mis apreciaciones fueran exageradas? No, por desgracia no iba mal encaminado.
Todos estos patéticos pensamientos, me abrumaron, asombraron, indignaron y me convencieron para siempre de que el hombre es ante todo un ser con una poderosa capacidad destructiva, pero también me hicieron recelar para siempre de nuestro afán por construir maravillosos tótem y modernos monumentos al “progreso” sobre las ruinas de una naturaleza expoliada. Tuve la sensación de ser un niño a quién la naturaleza secretamente insinuaba que “los reyes magos eran los padres”, que ella sólo era un pequeño jardín muchas veces maltratado y al que obligatoria y prioritariamente había que proteger.
Desde niños habíamos vivido siempre engañados: la cigüeña, los reyes magos, la felicidad, la madre tierra, y ahora y por último descubría que el jardín del edén, no sólo era un mito, sino que nosotros mismos lo habitamos y lo destruimos. ¡Madre mía, mentira tras mentira construimos un futuro insostenible!
Todavía hoy es el día que al expolio, destrucción y desprecio por lo natural, muchos le llaman desarrollo sostenible. La política y la empresa desvergonzadamente utilizan lo natural, la ecología y el medio ambiente exclusivamente para sus intereses particulares, siempre pensando en el corto plazo, bajo la presión de unas elecciones o de una cuenta de pérdidas y ganancias con muchos ceros. El desarrollismo lo disfrazamos con una capa de falsa sostenibilidad, mientras lenta pero persistentemente vamos acabando hasta con el último vestigio de lo que un día no hace mucho tiempo fue algo natural.
Sin ningún género de dudas, la mejor defensa del medio ambiente pero a veces por desconocimiento también su destrucción, hoy en día lo realizan los que el día a día lo desarrollan en la propia naturaleza, es decir, los caseros o baserritarras, los propietarios y explotadores de bosques, los cazadores, montañeros, ganaderos y también los curiosos que como yo y probablemente también como tú, miramos a la naturaleza con el respeto, desconfianza y desconocimiento de quien mira a través de una mirilla, para saber sin ser visto quién llama a nuestra puerta.

Pues bien, en esta ocasión nos llama a la puerta la naturaleza escondida y agazapada en el jardín de los montes de Gaztelumendi. Se podría haber escogido otras montañas u otros territorios para sentir sensaciones similares. También en este mismo entorno las emociones pudieran ser otras, si el que las percibe se manifiesta y decanta por otras prioridades y motivaciones.

Antiguos caminos, nuevas carreteras, autovías de montaña y edificaciones, los límites perfectamente definidos y rectilíneos entre bosques y praderas, caseríos, bordas, pastos, explotaciones mineras y ganaderas, canteras, depósitos de agua, majadas, canalizaciones diversas, alambradas, mojones, torres eléctricas, palomeras, escombreras, el vapor de agua de los aviones en los cielos, etc. y hasta en las cimas de las montañas también se observan restos y huellas que los hombres abandonamos, para marcar un territorio natural y hostil con nuestras señas de identidad, como si de esta forma ingenuamente elimináramos los peligros de una naturaleza enfadada ante nuestros propios desmanes.

La propuesta es pasear sin prisas por los montes de Gaztelumendi, y reconciliarnos con la naturaleza. Hay que disfrutar del paisaje, detenerse y observar las flores, los árboles, el terreno y los animales, descubrir el significado de los secretos que la naturaleza nos va a ir descubriendo, advertir la evolución del entorno, etc., ¡Hay tanto que comprender y tanto que descubrir!, que el rato que estás pasando leyendo esto es sólo un soplo de vida para una eternidad.

Hay que pararse en cualquier sitio del camino: recuerda que lo más importante de cualquier viaje no está ni en el principio, ni en el final, sino en el propio camino. Caminante, no hay camino….

Equípate bien y ligero. Lleva prismáticos, cámara de fotos, soledad o buena compañía, las dos cosas son buenas si han sido bien elegidas, lleva algo de comida, una libreta y un bolígrafo, ropa cómoda, un buen bastón, una cantimplora, una navaja, una lupa, una guía de plantas o de pájaros, una gorra para cubrir la cabeza y pocas cosas más.
Pero…. muy importante, cuando abandones el lugar, que nadie note que has pasado por allí, que nadie descubra una sola huella de tu “espero” feliz camino, caminante…… se hace camino al andar….

23 marzo 2009

Otsolaitz - La piedra del lobo

Hacía ya más de un año que no visitaba Otsolaitz, y además recordaba perfectamente cómo aquél fue un ciclo "vecero" y el suelo del hayedo lo encontré entonces completamente sembrado de hayucos recién caidos. Lamentablemente me falló la maquina de fotos, o creo recordar que una posterior y zafiosa manipulación informática me hizo perder el reportaje del día.

Las hayas cada 7 u 8 años tienen una producción excepcional de frutos, y por eso se les dice "veceros". Ya desde casa salí con la intención de recolectar 4 o 5 pies de planta de haya de nueva germinación del año anterior, para replantarlos y verlos crecer unos años en casa hasta miniaturalizarlos y hacerlos luego bonsais.
Como muchas veces pasa, la intención es una y el resultado suele ser otro. El día antes de esta excursión había caido por los alrededores una tormenta primaveral, corta en duración pero de gran intensidad; incluso la prensa del día se hacía eco de los estragos que causaron las abundantes precipitaciones que se concentraron sobre todo en el área de Belauntza.

Lo que me encontré en Otsolaitz fue un manto de hojas de haya recién brotadas y caídas en el suelo, golpeadas implacablemente por el inoportuno granizo primaveral, pero nada de hayucos germinados. El espectáculo me impresionó, pero la naturaleza a veces es violenta, violentamente natural. Esta tormenta quedará reflejada en un anillo más delgado para ese año en el tronco de las hayas, en un registro dendrocronológico inequívoco, pero los árboles sobrevivirán sin problemas.

Me empecé a sentir mal y con cargo de conciencia, porque horas antes había dormido una suave siesta de diez minutos mientras oía en el Teleberri un truculento suceso sobre una niña que había sido violada. Reconozco que el resultado de la tormenta del día anterior en Otsolaitz me había impresionado más que el suceso de Santander.
A 40 metros de esta escena y ya en la cara norte de Arburuko harkaitza me fijé en su cruz, en las piedras sobre las que se asienta y ví claramente a un lobo de piedra caliza, que me miraba fijamente y sin compasión a la vez que me sugería que abandonara rápidamente aquél lugar reservado sólo para lo bello, lo natural y lo honesto. Aquella noche tuve pesadillas: un monstruo de piedra retorcía mi cuerpo y huesos hasta convertirme en un bonsai.
Al día siguiente me informé en internet sobre la situación del lobo en Euskalherria, y llegué a la conclusión que este paraje no es "La piedra del lobo" sino "El lobo de piedra", con todo lo que ello quiere decir.

20 marzo 2009

Agua mineral

Hay cosas que no se aprenden de los libros o en la escuela, que no te las enseña nadie, que no te das cuenta que lo sabes, hasta que lo necesitas y además sin planearlo, sin pensarlo, sin calcularlo te pueden sacar de más de un apuro y te hacen sentirte bien con lo que te rodea, sea mucho o poco.

Una mañana ni de invierno ni de primavera de 2008 andaba distraido camino de Minatxuri, cuando el giro del sendero me obligó a fijar la mirada en los alrededores del caserío Aragor.

Una muchacha bastante joven, o así me lo pareció, se dirigía hacia el pueblo probablemente a coger el autobús que le acercara a Tolosa a hacer algún encargo. Me llamó la atención que hiciera algo que no se correspondía con la idea que yo me estaba creando de la escena. La chica me vió, nos separaban unos 150 metros, me sentí incómodo por la intromisión, pero seguí caminando observándole de reojo, y ella a lo suyo, sin yo entender bien lo que ella hacía.

La curiosidad una vez más me pudo, y cuando la chica desapareció entre árboles y prados, desanduve el camino, y no sin cierta sensación de culpa me acerqué hasta donde le ví hacer lo que antes no había entendido. Me encontré con un bote de cristal sujeto boca abajo en una rama de haya a punto de brotar. Al lado había una fuente y enseguida comprendí que la chica, en un gesto cotidiano y natural había sencillamente bebido agua de la fuente.

Me quedé preocupado, pensando que en ese caserío quizás no supieran que beber agua no tratada de las fuentes naturales es peligroso, que te puedes coger fácilmente una gastroenteritis o también una peligrosa hepatitis o cualquier otra grave enfermedad; tristemente hoy en día es más seguro beber agua del grifo de casa, que de cualquier fuente, igual de nutritivo beber agua del grifo que cualquier carísima agua mineral delicatesen.

El inmenso acuífero de Gaztelumendi soporta anualmente cientos de kilos de plomo contaminante con el que nos regalan cazadores de palomas y "otros animales", cientos de litros de tratamientos químicos para que no medre la procesionaria, cientos de litros de fertilizantes, detritos y otros productos de nombre variable y siempre desagradable para ayudar en la ganadería y agricultura de montaña.

Sin proponerlo conscientemente me estaba aguando la fiesta, el feliz paseo matutino, con pensamientos y razonamientos quizás excesivos y demasiado negativos. Me centré de nuevo en el camino, anduve 200 ó 300 metros sin pensar en nada pero observando lo que me rodeaba, y al salir del bosque encontré un grupo de cespitosas orquídeas, alguna de ellas a punto de brotar, y sin razonamiento lógico alguno pensé que.............. si yo viviera en Aragor, estoy seguro que todas las mañanas también bebería agua de la fuente.

19 marzo 2009

La hierba de las verrugas

Esta planta Daphne laureola o Garatxo belar en euskara florece ahora, a principio de la primavera, prefiere los suelos calizos y sube hasta los 800 m. es abundante y la encontraremos fácilmente en la orla de los bosques.
Es una planta muy tóxica para el hombre, no así para las aves. Se utiliza en homeopatía, para el tratamiento de la piel, pero siempre en aplicaciones externas y nunca ingiriendola. A pesar de ello es utilizada en jardinería. Peligrosa, pero bella, común y claro no hay porqué arrancarla.

17 marzo 2009

Narcisismo

El bello Narciso se enamoró de si mismo en el agua reflejada en una fuente e incapaz de apartarse de su propia imagen se arrojó a las aguas. En el sitio donde murió nació esta bella flor. Esta planta se llama Narcissus pseudonarcissus y es de la familia de las Amaryllidaceae, grupo que se caracteriza por tener las hojas carnosas.Las cuatro fotos de esta entrada han sido sacadas el 17 de marzo de 2009 en el cordal de Erroizpe, en un bosque de pinos con sustrato herbaceo. El narciso es una planta bulbosa, es decir nace a partir de un bulbo que permanecerá siempre enterrado. Donde la encontremos una vez, allá estará el año que viene.Narcissus bulbocodium es bastante más pequeña y grácil que el narciso anterior. También la encontraremos en prados de montaña y bosques con sustrato herbáceo.
El narciso, por su belleza y relativamente fácil manejo, es una planta muy utilizada en jardinería, y la podreis ver en la entrada de muchos caseríos de la zona en los inicios de la primavera, cuando florecen las prímulas.
No es fácil encontrar el narciso en Gaztelumendi, hay que saber donde crece, apartarse de los caminos, y buscarlo en praderas o bosques con sustrato herbáceo; la emoción al verlo, es similar a cuando encontramos un grupo de Boletus edulis, realmente maravilloso, y además sólo es observable durante 15 ó 20 días al año. Podemos decir sin equivocarnos que el narciso es escaso en el medio natural de Gaztelumendi, por lo que se aconseja cuidarlo con esmero y cariño. Es necesario inventariar este tipo de especies y sus hábitats exactos, para que cuando se realicen actividades forestales en el entorno se extremen las precauciones para que no desaparezcan especies imprescindibles como ésta en el medio natural. Échate al monte y búscalo.

El veneno de Otsababa

Esta planta científicamente llamada Helleborus foetidus, de la familia de las ranunculáceas, florece ahora al principio de la primavera. Sus flores son de color verde y toda la planta es muy venenosa; el ganado lo sabe y nunca la come.

Cuidado con ella, aunque al no ser muy llamativa no apetece cogerla y además tiene un olor horrible y espantoso. La naturaleza una vez más es sabia. Los bordes exteriores de las flores se tiñen a menudo de color rojizo.

Es una planta herbácea y perenne, muy abundante y la podemos encontrar en los margenes y orlas de los bosques en los alrededores de Gaztelu. Su nombre en euskera "Otsababa" se traduce como "El haba lobo" y hace referencia por un lado a su fruto, que tiene forma de haba, y a la cualidad venenosa de la planta.

10 marzo 2009

El origen de Gaztelu: fortaleza defensiva.

La tradición oral tan arraigada en este país ha relacionado el origen del asentamiento humano en Gaztelu con un castillo defensivo que debió existir en algún lugar de este entorno.

En la obra "Diccionario Histórico Geográfico de Guipúzcoa" año 1862, el tolosarra Pablo Gorosabel afirma literalmente: "...en el monte de este lugar, que cae a la parte de Navarra, hubo en tiempos antiguos un castillo o fuerte, cuyos vestigios todavía se ven, construido para la defensa de esta provincia contra las invasiones de los naturales del reino de Navarra, que tenían otra fortificación igual cerca de Gorriti. Así que el nombre que tiene el lugar, le procede seguramente de la existencia de dicho castillo en su jurisdicción con anterioridad a su población".

Tras recoger este dato, Luis Pedro Peña Santiago y Xabi Otero en la obra Bertan nº 2 "La Gipuzkoa Ignorada", sugieren que dicha fortaleza podría estar en el lugar en el que hoy se levanta la parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción de Gaztelu: “Ese es el dato de Gorosabel pero, como sucede en otras localidades de Euskal-Herria donde se ven restos de fortalezas en las iglesias, tal vez cabría pensar que el castillo pudo estar donde hoy se levanta la parroquia de Gaztelu. Es al menos una teoría, mientras no se localicen los restos de la vieja fortaleza en algún terreno próximo a este estratégico paso de la montaña Navarra al Cantábrico”

Gorosabel afirma claramente que todavía se observan restos de dicha fortaleza “cuyos vestigios todavía se ven”, y Peña Santiago en cambio no ve indicios materiales del castillo. Evidentemente hay aquí una contradicción.El castillo de Gaztelu, de existir, tuvo que estar construido sin lugar a dudas con materiales extraídos de esa misma zona, es decir, lo más probable y a semejanza del de Ausa-Gaztelu es que fuera hecha a partir de los afloramientos de roca caliza cárstica del macizo.

Si Gorosabel afirma que existen vestigios del castillo, los únicos existentes con esos materiales a día de hoy, no muy distintos de los de finales del S.XIX, son los casi interminables muretes de roca caliza que hoy forman las abandonadas majadas de Gaztelumendi. Yo me inclino a pensar que cuando dejó de ser práctica y útil una fortaleza defensiva en esos alejados lugares, los materiales de construcción se reutilizaron, se reciclaron en muretes (hoy en día existe algún tramo con más de 1,60 m. de altura). Es decir los habitantes de Gaztelu pasaron de una primitiva actividad defensiva y militar a otra ganadera y agrícola.

Reconozco que esto no deja de ser una teoría basada en la observación y sin base argumental o pruebas materiales evidentes. Es decir, los restos de la fortaleza defensiva de Gaztelu, estarían hoy en día a la vista de todos y convertidos en abandonadas majadas. Si esto fuera realmente así, no sería muy difícil descubrir la localización primitiva del castillo, y sobre esto también tengo mis teorías pero..... eso es otra historia que con humildad y calma otro día os contaré.

08 marzo 2009

El Tejo

Hagina en euskera, Taxus baccata es un árbol, de hoja perenne, es decir, en invierno no se le caen las hojas, por lo que esta época es una excelente oportunidad para localizarlo sin problemas. Es una conífera, pariente de los pinos, y muy longevo, pudiendo llegar a los 1.500 años de vida. En Gaztelumendi lo podemos encontrar por ejemplo en forma de ejemplares sueltos en el bosque mixto que nos encontramos en el camino natural a Erroizpe, nada más pasar el caserío Santiagoenea. En el bosque que rodea a Arburuko harkaitza hay unos cuantos ejemplares, ver foto.

Las hojas están dispuestas en dos hileras opuestas y son de color verde oscuro. Toda la planta es muy rica en alcaloides y por lo tanto venenosa. Rara vez forma bosquetes, por lo que aconsejamos cuidar con mimo el de Arburuko harkaitza.

Es un árbol "vecero" como el haya, es decir cada seis o siete años tiene una muy rica producción de frutos.

06 marzo 2009

El avellano

El avellano, Corylus avellana, es un arbusto caducifolio, abundante en estos parajes. Ahora mismo, en pleno invierno lo encontramos floreciendo de espaldas a Minatxuri, con los amentos o flores masculinas colgando elegantemente de las ramas. Estamos ante otro síntoma de la cercanía de la primavera. El monte parece dormido pero encontramos pistas de la próxima explosión primaveralLas hojas son redondeadas, pubescentes (con pelos) y doblemente aserradas.

El avellano es inconfundible porque está ramificado desde la base y su fruto lo conocen todos los niños. En la falda sur de Erroizpe hay un extraordinario bosque de avellanos, perfectamente escondido de domingueros y montañeros de veloz caminar. Mi bastón de monte (tiene ya más de diez años) es una vara de avellano, madera dura, flexible y muy resistente.

03 marzo 2009

Esperando al "Diente de León" o........

Las praderas de Euskalherria dentro de poco se van a teñir de amarillo y verde, mezcla de prados de producción primaria y el Diente de León "Taraxacum officinale". Hierba cosmopolita, exquisita sus hojas en ensalada, tiene además muchas propiedades medicinales. Una curiosa particularidad de esta hierba, es que en el mismo pie de planta encontramos habitualmente todas las fases de la flor, fruto y semillas.¿Quién no ha jugado alguna vez a soplar las semillas de la cabezuela del Diente de León? La naturaleza es muy entretenida, sólo hay observar y aprender de ella..

.... quizás otra nevada.

Este invierno 2008-09 ha sido duro, muy duro, frío, mucha agua, mucha lluvia, viento y muchas nevadas, mucha nieve.

Pero en la cima de Larte, a 810 m. de altura, en pleno cordal de Erroizpe, y como único testigo un espino aún sin flor, el tiempo no se detiene, sólo la actividad de los hombres en crisis, y....... la naturaleza, volverá a despertar y nos avisará, como siempre, que somos nada, o mejor dicho, casi nada en una inmensidad incomensurable.